Mal tiempo en Asturias, con frío, niebla y lluvia, los Picos de Europa entre tinieblas, así que tenemos que refugiarnos al sur de la cordillera, cerca de casa, en uno de nuestros destinos montañeros preferidos, el Curueño.
El Curueño, tierra de lobos, de montañas solitarias a 50 km de una ciudad, sin turistas ni montañeros, un paraíso para seres asociales como nosotros, que evitamos el contacto humano en lo posible.
La ruta comienza en Llamazares, por el camino del cementerio, a partir del cual se sigue por una pista forestal que va al depósito de agua del pueblo y llega hasta la base del hayedo.
Esta excursión es dura, físicamente exigente, salvo el tramo de pista forestal y el sendero inicial, no hay camino, las pendientes son de las que "hacen afición" , algunas huellas de paso de animales ayudan a progresar, hay hitos que orientan y te indican que vas por el buen camino.
Saliendo de Llamazares, bajo un bosquete de pinos.
Dejamos la pista y nos desviamos por este sendero (cartel indicativo).
Ya vemos la Cuevona.
El camino que nos queda al Cueto Cabañas.
Y seguimos camino al Cueto Cabañas, algunos hitos nos van guiando.
Subiendo al Cueto Cabañas, vemos el pueblo de Valverde de Curueño.
Ahora toca bajar por esta canal, de fuerte inclinación, iremos por donde menos mal nos parezca.
Aquí terminaremos todos, con nuestras ilusiones y proyectos sin realizar, si es verdad aquello de que la vida es una pasión inútil
Valdelugueros, vemos la cresta recorrida, del Bodón al Cueto Cabañas.
Track de la ruta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario