sábado, 6 de agosto de 2011

Berbusa - Ainielle (PR - HU 3).


"Hace tiempo, sin embargo, que el vértigo y el frío de la muerte han dejado ya de darme miedo. Antes de descubrir en mí su negro aliento, antes aún de quedar solo en Ainielle, como una sombra más entre las sombras de los muertos, mi padre me había enseñado con su ejemplo que la muerte es solamente un primer paso en nuestro viaje sin retorno hacia el silencio" 
Julio Llamazares - La Lluvia Amarilla. 

Desde que leí este libro, en que se narra la historia de Andrés, último habitante de Ainielle (evidentemente es una ficción, pero podía haber sido perfectamente real), tuve ganas de visitar este pueblo, coincidiendo con nuestra última visita al Valle de Tena, y como las "grandes cumbres" no estaban para muchas alegrías, nos dimos un buen paseo a las ruinas de estos dos pueblos. 

El paseo comienza a un par de km de Oliván, en un puente con una barrera, donde se aparca el coche, de aquí seguimos caminando por una pista forestal, en buen estado.



Día nuboso, fresco, más propio de principios de octubre que de final de julio.


Cruce de caminos, toda la ruta se encuentra perfectamente señalizada.


Berbusa aparece en el paisaje, aquí nos desviamos de la pista y seguimos por el camino viejo de Ainielle.


Cruzamos  el río...


...Y llegamos a las ruinas de Berbusa.


Este pueblo, al igual que Ainielle, fue abandonado hace medio siglo



Seguimos camino de Ainielle.


Manantiales de aguas cristalinas.


En todo momento estamos rodeados de un espeso bosque.


...Ainielle existe...


Todas esas terrazas, orientadas a sur, servían para cultivar cereal.


Restos del pueblo, un recorrido por sus ruinas en medio de una melancolía difusa, comprendiendo sin embargo, que la supervivencia de estos pueblos era inviable, demasiado trabajo, demasiada pobreza...






6 comentarios:

Juanma Billala dijo...

Me ha gustado mucho la historia y la cita del libro. El primer parrafo.
Y las fotos muy chulas Valentin. Para ser cuatro paredes, las has aprovechado bien.
Un saludo.

Cienfuegos Caleyeru dijo...

Si de algo sabemos en ASturias, es de pueblos abandonados. Y coincido contigo en los sentimientos al visitar unos de esos pueblos fantasmas. En ocasiones parecen haber sido abandonados deprisa y corriendo, dejando las casas sin cerrar y los enseres sin recoger.
Guapa entrada.

Luis Piñana dijo...

Buenas, simplemente comentar que Ainielle no fu abandonado, lo expropió Patrimonio Forestal de Estado en los 60. Seguramente se hubiera abandonado igual, pero...

Mercedes dijo...

Juanma: es que esas cuatro paredes, dan para mucho, sobre todo cuando tienen ese aspecto fantasmal.

Cienfuegos: En este caso enseres ya no quedan, todo se lo ha tragado la vegetación y la podredumbre, pero, sigue teniendo un gran encanto, sobre todo porque el paisaje es una maravilla.

Luis Piñana: Pues eso explica todos los pinares de repoblación que hay encima del terreno que debían ocupar las eras (se nota porque los pinos están perfectamente alneados), tanto en Berbusa como en Ainielle.
Pensábamos que, una vez abandonado el pueblo, el estado hubiese expropiado las tierras y luego se hizo la repoblación, lo que no imaginaba es que esto ocurriese antes del abandono.
De todas maneras en una cosa tienes razón, el resultado hubiese sido el mismo.

Luis Piñana dijo...

El tema de la despoblación es sin duda apasionante, y variado. Hay pueblos que se abandonaron porque no había carreteras ni servicios y cuando se fueron les abrieron pistas forestales: Escartín, Cillas, Cortillas, Sasa, otros se expropiaron y entonces se hicieron las pistas para poder plantar los árboles: Ainielle, Berbusa, Sasé, Burgasé, etc... En estos temas nunca tengo opinión, siempre apoyo a los que se van, alos que les obligan marchar o a los que se quedan...
PD: te recomiendo Memoria de un montañés De Jose María Satué. Es, si cabe, mas emocionante que la lluvia amarilla, quizá por contarlo en primera persona, saludos

Gordonés dijo...

Hola Valentín... cuanto tiempo sin poder pasarme por tu rinconcito de la red...
Me ha encantado esta entrada... no se qué tienen los pueblos abandonados, pero es una mezcla entre melancolía, historia, ilusiones ya perdidas que para alguien que de vez en cuando le gusta la soledad viene muy bien de vez en cuando...
Huesca es un lugar precioso y recomendable de visitar... en cuanto pueda vuelvo seguro...
Un saludo y pedazo vacaciones que os habéis marcado...