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sábado, 12 de mayo de 2012

Essaouira, Marrakech, Tánger (un poco de turismo)

Aparte de la obligada cita montañera, este año, debido a que tuvimos que esperar algunos días hasta que el tiempo se estabilizase, hicimos algo de turismo, aparte de los obligados paseos por Marrakech, a consecuencia de los cuales volvimos con las mochilas todavía mas llenas de como las llevamos, le dedicamos un tiempo a Tánger y a Essaouira.

Essaouira merece la pena, antigua colonia portuguesa, es una ciudad encantadora, la playa es magnífica, y además es un paraíso del kite surf ,todavía conserva un cierto sabor "auténtico" que se ha perdido en casi todos los lugares de playa españoles , después de visitarla, es uno de esos lugares que quedan guardados en la memoria, por si algún día decides desaparecer y perderte.

Atardecer sobre la Bahía deTánger.


Yo a este dentista no se si iría, muy mal me tendría que ver....


Nos llamó la atención este puesto de dulces en el Zoco de Marrakech


El tío tenía los retratos de Mohamed V, Hassan II y Mohamed VI, o  es devoto de la monarquía alauí, o no quiere problemas con la secreta (que está en todas partes, país mas seguro que este no hay, jajaja.).


La Plaza de la Jemaa, mira que es caótico el tráfico y no vimos ni un atropello...


Los "restaurantes" nocturnos (es un espectáculo ver como los montan).


La Mezquita de La Koutubia bajo al lluvia (que llueva aquí es un acontecimiento).


Aquí las fotos de Essaouira (Esauira en árabe, o Mogador, su nombre portugués).


De nuevo Marrakech, vista de las "humeras"...

Buena comida dan aquí (aunque los responsables de los carritos son bastante pesadicos a la hora de convencerte de que en el suyo es "donde mejor se come").


Las cabezas de cordero (estan riquísimas, conste).

En esta calle, bastante lejos de los circuitos turísticos, comimos un manjar que no se pueden perder...


...El "cordero asqueroso", pero oye, yo no se si en unos días ya te acostumbras a la mugre, que te da igual comer cualquier cosa, no te duchas, casi ni te lavas y oye, mas limpio que la leche, (diez días sin ducharnos, que maravilla, que liberación, como crecen las bacterias, los bifidus y el manto graso de la piel...).

martes, 8 de mayo de 2012

Djebel Toubkal (4167 m.) - Imouzzer (4010 m.)


Mercedes y Paco en El Toubkal, entre los dos suman 133 años, de mayor quiero ser como ellos.

Yo fotografiando, como siempre.

Décima vez que Paco sube al Toubkal, se podía ganar la vida de guía.

La subida al Toubkal no tiene ninguna complicación, todo consiste en apretar los dientes y seguir hacia arriba, quizá lo único problemático es que la altura afecta bastante, se camina literalmente con el corazón en la boca, sobre todo si se intenta acelerar el paso, el secreto consiste en marcarse una marcheta cómoda y no mirar el reloj, porque aquí cada uno tarda lo que quiere (o lo que puede), ahora, eso sí, esta montaña, mejor con nieve, la ascensión más cómoda es cuando tienes la suerte de poder ponerte los crampones desde la salida del refugio.

Nosotros pillamos un día bastante malo, cielo despejado pero un viento muy fuerte (hasta mediodía) y un frío intenso, ahora sí, el viento despejó el cielo y nos proporcionó unas panorámicas impresionantes.

Otra cosa, siempre hay que seguir el camino y las trazas sobre la nieve, jamás hay que meterse por el pedregal, nosotros por comodidad de no "poner y quitar crampones" lo hicimos, y perdimos más de una hora resbalándonos entre pedrolos inestables, junto al cansancio (sobre todo mental) que eso conlleva.




Primeros tramos de subida, vistas al Afella y el Akioud.


El viento que levanta la poca nieve que hay , ojo con meterse sobre las piedras.

Enormes piedras al inicio del Ikhibi Sur, siempre intentar ir sobre la nieve.


El Collado Sur, en la línea de los 4000 m., enfrente el Toubkal Oeste, a mi juicio, más bonito e interesante que la cumbre principal.


Subiendo el pedrero hacia la antecima, aquí hay un montón de caminos marcados, a elegir...

El vértice del Toubkal desde la antecima, ¡¡por fin!!


Vistas desde la cumbre...




Desde aquí iniciamos el descenso al Collado Norte, camino del Imouzzer
Últimas vistas desde El Toubkal, hacia el Anti Atlas...



 Y las tremendas caídas de la vertiente sur.

Dirán que los GPS son exactos, para mí no son mas que un peso inútil, lo mismo que muchas chorradas que cargamos ahora en la montaña, donde esté la brújula y el mapa (¿4199 m. el Toubkal?, ni de coña)


Vistas desde El Imouzzer, cerca, cerca, El Sahara (escondido entre las montañas dicen que hay un Valle de Las Rosas...).


Bajando por el Ikhibi Norte, de vuelta al refugio...


Contraluz del atardecer...

domingo, 6 de mayo de 2012

Adrar Bou Ouzzal (3901 m.) - Alto Atlas.


Llegando al refugio Louis Nelter, mucho frío...


Chilaba y cachimba

Brillante cirujano
con brillante porvenir
deslumbrado por el brillo
"acabao por el anis"
pero ha llegado la hora
me ha costado decidir.
Y es que estoy bastante harto
de esta vida occidental
el dinero no me llama
quiero ser espiritual
casarme con 4 mujeres
y fumar mejor que aqui.

Adiós adiós mundo cruel
me voy a Marruecos para nunca volver
colgar el batín, cambiar bisturí por
chilaba y cachimba.

Una vez que llegue al moro
me mandáis el cheque alli
que no pase lo de siempre
y que me tenga que venir
que nadie malinterprete
pero hay que sobrevivir.

Adiós adiós mundo cruel
me voy a Marruecos para nunca volver
colgar el batín, cambiar bisturí
por chilaba y cachimba.

(M Clan)



Julio Llamazares, en su último libro Las Rosas de Piedra, se define a si mismo como "el viajero", esa es la filosofía que nos gusta, viajar a la antigua, sin planes, sin ir en grupo, sin guías, todavía dejándonos sorprender por lo que nos muestre el camino, hacer lo contrario del turista, esa especie tan habitual en nuestros tiempos, que mira pero no ve, que va conducido por un "guía-pastor", perfectamente integrado en un rebaño humano y que es capaz de ver ocho países en dos días y todavía martirizarte mostrándote cientos de fotos de lugares que ni se acuerda cuales son.

Una brillante tarde de final de abril, llegábamos a Tarifa, la idea era hacer recorrido en tren desde Tánger a Marrakech, y de allí, dirigirnos a las montañas del Atlas, sin embargo, este año, una climatología adversa hizo que tuviéramos que cambiar nuestros planes sobre la marcha, quedarnos unos días en Marrakech, ir a Essaouira, Agadir, y finalmente, el 29 de abril, con un pronóstico ya pasable, tirar para la montaña.

Según nos han contado, este invierno ha sido especialmente duro por aquellas latitudes, desde mediados de noviembre, la nieve ha sido constante a partir de Sidi Chamharouch (2310 m.), y se han alcanzado temperaturas bastante frías, sin embargo, cuando nosotros llegamos, la nieve era ya escasa, no se puede pedir más a una cordillera que está a las puertas del Sahara, sin embargo, de calor nada, temperaturas a raya, alguna nevada, y un viento endiablado que nos ha complicado bastante la vida.



Embarcando con los mochilones en Tarifa, el lugar más insospechado para cargar con todo el equipo de montaña. 


El Estrecho de Gibraltar, que en pocos kilómetros separa dos mundos totalmente diferentes (aunque cada vez menos, eso de la globalización avanza que es un gusto...).


Viajando en trenes que van hacia el sur...



Por fin, el 29 de abril, llegábamos a Imlil, el "Chamonix marroquí", allí nos encontramos con viejos conocidos, los guardas del refugio Nelter, Omar, que ahora tiene un bar, y después de tomar el omnipresente té con menta, ("la prisa mata, amigo"), alquilamos mula, cargamos los bultos, y a caminar los 14 km y 1520 m. de desnivel que nos separan del refugio Louis Nelter.


...Haciendo amistades.



El vergel de Imlil, con el murallón del Atlas al fondo.


Pequeños pueblos desperdigados en valles.


Aremd (1910 m.).


Bosquetes de sabinas, el único árbol capaz de soportar este clima árido y extremo.


Sidi Chamharouch


La magia del agua, un milagro en estas latitudes.


Cojines de monja, este arbusto espinoso es muy abundante, el sustituto de nuestras molestos brezos y escobas.


A poca distancia del refugio, mucho viento, frío y ligera nevada (menudo recibimiento).


 Refugio del Toubkal (3207 m.).


Una vez en el refugio, después de cenar, pensamos en la ruta del día siguiente, y nos decidimos por el Bou Ouzzal, una cresta que presenta una dificultad técnica interesante (pasos de IIIº), y es muy poco visitada, ya que no alcanza la cota mágica de los 4000 m., por contra ofrece excelentes vistas al Lago de Ifni, una auténtica reliquia glaciar.

Una brillante mañana del 30 de abril, iniciamos la caminata por el valle de Assif n´Issogouane, camino del Tizi n´Ougane.


Poca nieve, mucho hielo.


Mercedes marcando el paso.


El Tizi n´Ougane (3700 m.), al fondo se distingue la línea marrón del Sahara.

Primera cumbre del Bou Ouzzal  (Iº+)


Segunda cumbre (IIº, algún paso de IIIº), y el recorrido de la cresta que realizaremos.


Mercedes toda feliz, joder, 67 años que tiene la moza y como tira para arriba...


Las cumbres del Ras y el Timesguida, viejos conocidos...

Algún paso expuesto, muy mala roca, literalmente se deshace en las manos.


Me encantan estas dos montañas...


El Lago de Ifni, una auténtica reliquia glaciar a las puertas del desierto.


El Igger n´Abdeli (3810 m.), esta montaña se nos ha metido en la cabeza...

...Otra vista del  "oculto" Lago de Ifni, bastante difícil de ver, salvo desde esta montaña.

La cara sur del Toubkal, desde la segunda cumbre del Bou Ouzzal.

La doble cumbre del Afella (4040 m.), Biguinnousenne (4002 m.) y el Tadat (3870 m.).


Sigue habiendo tramos muy aéreos, donde no hay nieve, el terreno es una mezcla de roca muy degradada y arena.


¿Y yo aquí que leches estoy señalando?